09 abril 2008

EL MINUTO

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El Bar estaba lleno y hasta los cuadros parecían no tener sitio,eso le tranquilizó.Para Alfred no había mejor lugar que ese,toda su gente le saludaba entre cabezas,pero no podía mirarlos.Avanzó como pudo hasta el fondo,donde parecía desembocar el gentío y entonces,al alzar la vista tropezó con los pies de Rebeca;ella le advirtió,no vayas,¿merece la pena?,suelta,déjame y la ira caliente y el silencio sobre el eco y su chica ahí ,juntando la lengua con el tipo que miraba de lado,aquel del que siempre sospechó ,y los amigos,el humo y ese puto cuadro de la bailarina.
El no quería mirarla. Suponía,como tantas otras veces que así podría soportarlo. Fingió no reparar en su presencia ,pero no dejaba de jugar con su bolígrafo,no quería morderlo,pero lo mordía.Toda su boca estalló en sangre,y del minuto escaparon días,semanas de resentimiento.
La chica se giró, y vió la sangre ,a Alfred le empapó con cerveza un idiota con tres jarras en la mano y su figura infame se paró en seco. Como un exorcismo ,sus manos soltaron el boli,se abrochó la camisa con regueros y se volvió hacia la barra.La camarera levantó las cejas como saludo,¿Qué te falta?
Alfred tragó sangre,se acercó a la barra y le susurró:
-Una sonrisa tuya ,linda.

1 comentario:

gus dijo...

Alfred era argentino?

 
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